La música me invita a pensar,
ya no puedo evadir la reflexión,
ha llegado la hora de ver al cretino
que se ríe de mí en el espejo
y saludar al bonachón
que se esconde detrás de mi reflejo.
ya no puedo evadir la reflexión,
ha llegado la hora de ver al cretino
que se ríe de mí en el espejo
y saludar al bonachón
que se esconde detrás de mi reflejo.
Tengo guerras que aún laten,
enteramente encendidas
en mi cuarto sin puertas.
Las toco y me quemo,
las miro y me quedo ciego.
enteramente encendidas
en mi cuarto sin puertas.
Las toco y me quemo,
las miro y me quedo ciego.

enganchados a mis pies
me miran y me gritan
me salpican y me dan ánimo;
aún tengo cielos que anhelar
y saber que no voy a llegar.
El silencio me invitar a olvidar,
ya me golpeé con mis propias ideas,
ha llegado el momento de clausurar el bar,
no más tragos amargos por hoy,
tampoco mañana vendré.
ya me golpeé con mis propias ideas,
ha llegado el momento de clausurar el bar,
no más tragos amargos por hoy,
tampoco mañana vendré.
Dejo propina y me voy. Ya escuché.
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