No hay nada tan sincero
como una lágrima.
como una lágrima.

que va cayendo
por la rugosidad de nuestro espejo cotidiano
mostrándole al mundo que aún
somos
un alguien
un cuerpo vivo
un dolor a veces dulce
una idea que quiere que la piensen.
Sí hay algo más sincero
que una lágrima:
una lágrima en silencio.
que una lágrima:
una lágrima en silencio.
Ese destello de sol triste y simpático
que va charlando
de labios truncos y corazón sellado.
En conclusión,
a fin de cuentas,
no hay nada tan sincero
como la propia alma
hecha agua.
que va charlando
de labios truncos y corazón sellado.
En conclusión,
a fin de cuentas,
no hay nada tan sincero
como la propia alma
hecha agua.
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