domingo, 14 de septiembre de 2014

"Hola. ¿Cómo estás?"

Hola. ¿Cómo estás? Si, ya sé. Hace mucho que no hablamos así. Que no nos miramos directo a los ojos y nos decimos lo que pensamos el uno del otro. ¿Y qué? El tiempo no existe. Estoy aquí y ahora, eso vale para mí. ¿Para ti?

No sé por qué dejamos de vernos. Quizás fue el deseo de querer mejorar o volverse más profesional. No lo sé. El asunto es que nos alejamos, y eso me hizo muy mal. Creo que a vos también, al menos eso noto. Por eso estoy acá, de vuelta. Porque quiero que nos hablemos como solíamos hacerlo. Tocarnos en mil palabras huecas pero bien llenas de sangre (si, ya sé. No puedo evitar entrar en aquello que nos separó. Perdón).

Hola. ¿Seguís ahí? Me cuesta escucharte. No recuerdo muy bien cómo hacer esto. No puedo dejar de pensar en cambiar un renglón por un verso o un punto por un punto y aparte. Puedo sentir la interferencia entre nosotros. El blanco ya no se hace transparente. Apenas te veo. Apenas me ves (seguramente). ¿Qué nos pasa? ¿Qué nos pasó? Nos hacía tan bien vivirnos de esa manera. Aquello era vida… Y hoy, no sé qué es esto.

Quiero contarte mil y un soles. Quiero decirte todo sin decirte nada. Quiero contarte mis días y mis desamores. Tal vez ahí está el problema… ahora ni siquiera tengo de esos latidos. Estoy consumido. ¿Te acordas cuando te dije que estaba “sobrio”? Bueno, creo que llevo demasiado tiempo en esta cordura inapetente. No sé cómo salir. Tampoco sé si quiero hacerlo. Así estoy más cómodo, más liviano, más tranquilo. Pero, igualmente, sé que ese sabor de vivir de a dos… está allí, que podría ser mío y dejarme ser cielo en pleno invierno.

A veces me pregunto qué fuimos (no, especialmente, qué somos, porque esto que somos, o en realidad “no somos”, no me interesa). ¿Amigos? ¿Amantes? ¿Almas unidas por un mismo relámpago? No lo sé. Solo sé que fuimos y por eso me lamento. ¡Cómo anhelo volver a ser! Ser cómplices en las verdades y en las mentiras. ¿Dónde quedaron aquellas horas de personajes de pocas tuercas y con sabor a realidad? Ahora todo nos es ajeno. Ahora todo nos sabe a lejanía.

Hola. ¿Cómo estás? Hablame… por favor.

1 comentario:

  1. Muy bueno. Cordura inapetente... me quedo con esas palabras. Me pasó de estar así un montón de veces! Esperemos que respondan esa última pregunta :) besote

    ResponderEliminar

¡gracias!