domingo, 27 de abril de 2014

"Ojos de piel dulce"

Ojos de piel dulce
hablan y no dicen
allí están, igualmente,
siendo el reverso.

Envueltos en disonancia
siembran blancos y grises,
dos parpadeos alcanzan
cada cual con su asimetría.

Ellos moverán los campos
buscarán soles por los mares
remontando falacias tristes
creyéndose aquellas pupilas.

Nueve serán las trampas
ocho serán las huidas
una será la recompensa;
lloverá una adicción más azul.

Ojos de piel dulce
únicos que fueron sin hablar
mírense ahora…
sin reverso ni vanguardia.  

viernes, 25 de abril de 2014

"Noches sin dormir"

Noches sin dormir
sueños que no vivieron
voces que no callaron
días sin despertar.

Tarde siempre era
las agujas siempre lejos,
silencios que no había
entre sábanas marchitas.

Pedir pedí muchas veces
una gota que no llegó;
murió sola y destilada en vano
antes de un insomnio nuevo.

Puertas que ignoré y cerré
luces que se ahogaron,
todas bajo un solo deseo:
morir por las madrugadas.

Mal iba... hasta aquel instante,
un golpe llegó de facto
y fue basto y obediente
y cumplió con las hambres.

Incluso el sol… se calmó. 

sábado, 19 de abril de 2014

"Saltar"

Saltar
al abismo
de vivir
con vos.

Saltar
el segundo
que vive
tu ausencia.

Saltar
directamente
al encuentro
de pupilas.

Saltar
sin mirar
el dónde
de tu cómo.

Saltar
sin aire
más lejos
más cerca.

Saltar
otra vez
hasta saltar
en tu piel.


Saltar
simplemente. 

jueves, 17 de abril de 2014

"Archivar"

Perdóname
pero necesito el desarraigo.

No supero; no avanzo,
no admito; no sano.


Voy a soltarte en el viento,
perdóname.

Adiós a tus raíces, adiós,
adiós a los que quedan, adiós.

Perdóname
pero voy a olvidarte unos años.

Si no miro; avanzo,
si no ayudo; sano.

Voy a desprender tus voluntades,
perdóname.

Atrás quedan ellos y ellas, atrás
atrás queda el dolor, atrás.

Perdóname
pero no voy a esforzarme más.

Se archiva tu recuerdo
y con él… todos tus adjuntos. 

sábado, 12 de abril de 2014

"Podría estar muriendo ahora mismo"

Podría estar muriendo ahora mismo, ¿lo sabías? En este preciso momento y en los momentos que siguen sucediendo, podría estar muriendo: mis células, mi sangre, mi conciencia y mis recuerdos. Todo yéndose directo a la basura. ¿Y sabes qué? En realidad, no tienes por qué saberlo. Incluyo, yo mismo, desearía no saberlo.

Pero el asunto es que no puedo dejar de pensar ello. La vida es morir a cada migaja de tiempo. Desde que vemos la luz por primera vez, comenzamos a caminar hacia ella. Más lento o más rápido, pero allá vamos. Tú, yo, tus hijos y los míos. Me gustaría saber por qué. ¿Nunca te has preguntado qué sentido tiene comenzar algo que sabes que no durará para siempre? ¿Siempre? Quizás dure tan solo un par de días, con suerte unos cuantos años. Pero, ¿sabes qué? Aunque lo vea así, yo mismo comencé cosas sabiendo que algún día terminarían: concebí tres hermosas vidas.

¿Ves esto? ¿Sabes por qué lo hago? Porque con mi aliento puedo controlar su duración. Quizás sea lo más parecido a la vida. Y al mismo tiempo, lo más diferente. Desde el momento en que lo enciendes, comienza a apagarse. Si inhalas mucho desde el comienzo, durará poco pero te golpeará hasta las entrañas de una manera tan única que habrá valido la pena el instante. Si inhalas lenta y apaciguadamente, durará más y podrás sentir detalles que el instante no te permite: combinaciones y variaciones que traerán más descubrimientos. Pero ambos caminos te llevan al mismo lugar, al mismo tiempo, al mismo estado: cenizas en lugares que jamás nadie querrá volver a visitar.

La semana pasada, el psiquiatra me dijo que la vida era un fin en si mismo; se vive por ser vivida. Pero, ¿quién hace eso? ¿Acaso tú te levantas todos los días por el sencillo acto de vivir? No. Te levantas para ir a trabajar. ¿Por qué? Porque necesitas el dinero. ¿Por qué? Porque tienes una familia que mantener. ¿Por qué? Porque ellos depende de ti. Tu vida se reduce a vivir para trabajar; a vivir para ganar dinero; a vivir para tener algo que nunca terminas de alcanzar o complacer; a vivir para que los demás puedan vivir. No creo que a ello se le pueda llamar vivir por vivir. Y, mi amigo, los por qué que te he dicho, no suenan muy llamativos de seguir.

Si, tienes toda la razón. Puedo presumir lo que piensas: ¿por qué se cuestiona todas estas cosas? Créeme, me gustaría vivir en silencio. Pero no puedo evitarlo. Incluso cuando la alienación no podría ser mayor, no consigo dejar de sentir el paso del tiempo y sus remanencias. Me hubiera gustado no ver morir a mis padres. Me hubiera fascinado no tener que despedir a mi amigo antes de tiempo. Me hubiera encantando quedarme un rato más en tantos lugares… Pero el tiempo siempre nos avisa que es hora de irnos. Y es ese mismo tiempo el que nos da tiempo para pensar en lo que el tiempo nos dejó.

No quiero seguir aburriéndote ni dejar que veas mis lágrimas de impotencia, pero, ¿sabes qué? Podría estar muriendo ahora mismo. 

martes, 8 de abril de 2014

"Lleno de vacío"

Un abril se detuvo
un vaivén le siguió
el mundo se calló
el cielo se contuvo.

Aires de los malos
miradas de las libres
vienen sin decires
llegan sin lamentos.

Anocheció anoche
y aún queríamos luz
somos una sola cruz
y un más un reproche.

Un otoño se paró
un susurro se abstuvo
el tiempo se desanduvo
el golpe se cerró.

Lleno de vacío. 

viernes, 4 de abril de 2014

“Hay cosas que no se irán”

No temas si aún cuando creces
sientes ruidos bajo tu cama
porque jamás se irán esas veces
de días oscuros sobre tu alma

Rasga, sacude y tiembla
hay cosas que no se irán

Vayas a donde vayas
habrá cosas que seguirán allí
susurrándote miradas viejas
por ser ellas solo tuyas
todas de un mismo ahí

Habrá otoños con menos lluvias
y habrá lluvias más verdes
hasta entonces bastará mirar
aquellas pasadas y suaves gotas
que surgían de amigos aires

Rasga, sacude y tiembla
hay cosas que no se irán

No temas si aún estando lejos
saboreas vientos de otros tiempos
porque aunque casi los olvides
volverán cada primavera, lentos, muy lentos…

Rasga, sacude y tiembla
hay cosas que no se irán

Aunque vivas eternamente solo
nunca podrás sentirte en soledad
hay vidas, hay soles que no se irán
montones de almas sin protocolo
que no volverán a tener edad

Simplemente siempre habrá
horas, pieles, lágrimas y nostalgia
cosas que jamás podrás olvidar
seguramente algo te abrumará
tranquilo… ya menos va a picar

Rasga, sacude y tiembla
hay cosas que no se irán.