lunes, 29 de diciembre de 2014

"Un año atrás"

Atrás. Hacia atrás voy saltando en un pie pero aún mirando hacia adelante. Atrás. Allá voy de ojos bien abiertos y memoria dispuesta. Atrás. Caminando sobre mis propias huellas y volviendo a rozar pasados momentos de un ayer aún temprano. Atrás… un año atrás.

Recuerdo. Recuerdo que hubo fotos, muchas fotos; cámaras de video y luces que no prendían o que rompían los ojos; nervios por montones, tal vez demasiados; ¿vergüenza? ¡claro que si! (¿cómo no haberla?); también hubo escenarios llenos y otros más vacíos: pero en todos hubo actuar con distintos rostros; un montón de besos, abrazos y mates de canela que llegaron a tiempo y otro montón que quedaron en el tintero; hubo sonrisas encendidas y también de las rojizas; recuerdo… que hubo.

Pero mirando hacia atrás y palpando al presente, puedo decir más. Hubo y hay nuevos rostros que se pintan de un solo trazo en mi cielo cada vez más celeste. Son compañeros que se volvieron amigos y después soles. Son charlas que pasaron de un “¿qué hay para mañana” a un “te conozco, ¿qué te pasa?”. Son silencios que de ser incómodos pasaron a ser comprensivos y amables. Y allí surgieron relaciones a distancia y otros a corto plazo: todas hermosas y lindas en su paso, incluso, más fugaz. Allí nacieron conexiones sin cables ni ciencias: esos pensamientos al unísono que se volvieron una sola voz en el frío de la antigua soledad.

Recuerdo el no querer nada. Aquel sentimiento de vacío agradable. Solía disfrutar el vivir con el corazón en pausa; allí, detenido en un tiempo muerto que se sentía como vida. La soledad era una opción tomada, y no como consecuencia de reproches ajenos ni de un falso auto perdón. No. Así estaba bien. Hasta que alguien me hizo dar cuenta que podía estar aún mejor. Que había otra opción, otro color con el que pintar el cielo. Allí el verde trepó por mis ideas y mis sentimientos, y se impuso alto y vencedor: allí el amor resurgió como camino y luz. Recuerdo la incertidumbre, el miedo, la vergüenza y el temblor: todos como si hubieran sucedido en un mismo ayer. Y aunque fui volviéndome una máquina de desdecir mis predicciones pasadas, contradecirse a uno mismo, nunca había tenido tan buen gusto (ni tan lindo perfume). El amor llegó y lo inundó todo; el amor llegó y sembró nuevos horizontes; el amor llegó… y en el momento menos esperado, la historia dio un giro.

La esperanza se renovó de repente. Y los motores de mi vida parecieron recibir aire fresco y vientos nuevos. Todo a mi alrededor comenzó a cambiar. Los soles de siempre comenzaron a sanar, lento, pero con firmeza y claridad. Y esos mismos soles, no se apagaron ni un poquito: el fuego se hizo más fuerte y cada vez menos ajeno. Los amigos siguieron siendo amigos. La familia se unió un poquito más. Todo, todo tuvo ganas de brillar al mismo tiempo. Incluso la facultad se lució y me llenó de enseñanzas mucho más allá del salón de clase.


Así, esto parece terminar en el reloj, pero recién comienza en mi libro. Se cierra un año que se encargó de comenzar un nuevo capítulo. Una especie de bisagra entre todo lo que pasó y todo lo que vendrá. Y ojala todas las nuevas historias que comenzaron juntas a correr bajo el sol del 2014, sigan corriendo juntas por muchísimo tiempo más. Juntas a la par. Y todos podamos seguir narrando juntos… como ahora… como hoy… como mañana (¡ojala!). 

miércoles, 10 de diciembre de 2014

"Rabia y desazón"

Dulce rabia y amarga desazón
ambas vienen juntas a la par
a morir entre mis brazos
mordiendo el golpe de un corazón…
que ya no late por dos ni tres.

Clausuro mis ojos y abro el silencio:
allí vienen los miedos prenupciales
allí van las carroñas que ya son ajenas
allí irán los besos de sal y canela;
todos hijos de un dolor errante.

Una fotografía anuncia un ayer
ese que hoy me pica como presente:
somos un solo día enlatado
que a veces va con mariposas blancas
y otras vuelve con lágrimas encendidas.

Hay un motín gestándose en algún lugar
por allí donde nace el latido sonrojado
y donde muere la esperanza de la desolación;
hay un motín que pronto verá la luz…
la paz anterior a la guerra está en el aire.

El hacha está siendo afilada,
el revolver está siendo agitado,
la intención está siendo preparada,
la convicción está siendo destruida,
el final está siendo desteñido.

Sigo y me hundo. 

domingo, 7 de diciembre de 2014

"Girando y charlando"

Girando vamos por el cielo
ese que a veces es de sueños
y a otras se nos vuelve rojizo,
pero vamos, los dos, girando
entre soles de vergüenza
y vientos que nos llevan a China.

Comos dos acordes lejanos
que se encuentran sin darse cuenta
en un mismo tiempo lunar,
como dos rimas discordantes
que se miraron a la pasada
en un mismo cristal de paz.

Charlando vamos por la tarde
esa que a veces se vuelve noche
y se nos escapa entre besos de apuro
y ojos que se cuentan sus vidas,
pero vamos, los dos, charlando
en nuestro dulce silencio.

Como dos fechas tachadas
que un día decidieron destaparse
y conocerse sin rutinas ni sal,
como dos brotes azules
que una vez dejaron sus campos burbuja
y salieron a descubrir nuevos aires.

Girando y charlando
los dos.