sábado, 24 de noviembre de 2012

"Anoche"


Anoche
cuando la luna
bebía una copa de vino
me terminé de convencer
de que tu boca era mi lugar
tus manos eran mi futuro
y tus cabellos perfumados
eran la raíz
para un infinito de sonrisas.
¡Ah si!

Había dudas,
si las había,
pero eran de esas
que pican poco
y no dicen más que pavadas,
pero anoche,
¡ah anoche!
¿cómo había lugar
para cuestiones
y sinsabores?
¡Anoche
el mundo se quedó sin preguntas!

Poco sé
de números y filosofía
y aunque tenga nociones
de eso que llaman derecho
no conozco recurso
ni ley que me ampare…
anoche la primavera
posó sus labios en mi vida
y como enamorada consecuencia
me perdí voluntario
en su mirada menos tímida.

¿Dónde firmo?
¡Qué digo!
el cielo no alcanzaría
para plasmar latidos
con gusto a verso.
¿Qué hago ahora?
¿Lo digo?
¿Lo grito?
¿Me escuchan?
¡Me enamoré! 

jueves, 22 de noviembre de 2012

"HIMNO AL POR QUÉ"

Una noche de noviembre
alguien me dijo con antojos
que lo que más le gustaba
eran los por qué.
A todo
le buscaba un por qué,
lo saboreaba
le cambiaba la ropa
y luego lo guardaba
en su archivo clandestino.

Me quedé
allí entre preguntas,
mirándola
y buscándole un sentido
a aquellas afirmaciones,
la miré
con los labios en forma de cuestión
y le dije:
¿por qué?

Me contó,
por ejemplo,
que con esa política
y filosofía de investigar
descubrió
por qué nos enamoramos
y por qué vivimos enrutinados
y hasta el por qué
de que exista un por qué.
Y así me perdí…

“Nos enamoramos
porque somos enamorables
y cuando nos pican con los ojos
nos pinchan las hormonas
y esas hormonas alocadas
se vuelven primavera en la sangre”,
explicaba entre comillas la señora del por qué.
“Y hay un por qué para todo
y por eso lo disfruto
porque mi vida no tiene un sinsentido
porque mi camino no vive de vacíos
porque el destino ya me contó sus vueltas”,
decía entre regocijos y antojos.

La miré,
sin cuestiones
ni reproches…
la miré
y me di cuenta
que indefectiblemente
tenía razón:
el por qué
está atado al porque
y un porque
vive en relación
con la vida vivida.

Me levanté
y me fui de esa noche de noviembre.
Y ya de camino a casa,
con la cabeza gacha
y esperando en el semáforo
pensé en voz alta
“menos mal
que la escuché sin motivos…”. 

lunes, 19 de noviembre de 2012

"Siempre hay problemas (en el amor y el menú)"

Ayer
vino una criada
de los mundos de al lado
y me susurró entre las zanahorias
que andaba triste por un hombre
un tal “amor de su vida”,
y como soy innato consejero
me quedé allí en el huerto
escuchando a la enamorada.

Allí entre zapallos y lágrimas
me contó cada segundo
y cada latido de su relación.
Se habían conocido en la ciudad
mientras él decía bobadas
y ella las compraba por verdades;
fue amor a primera vista.

Su delirio
se basó en la época de lluvias
y en la de cosechas,
cuando el cielo lloraba de emoción
el pecado
gritaba escondido en el trigal,
y cuando era tiempo de hacerse de frutos
los besos eran cursis
y se sellaban entre tierra y sol de ajuar.

Pero en ese entonces,
en tiempos de siembra y dolor,
allí estaba ella
sucia
llorando
y con el desamor en sus manos
por una semilla
que invadió prado ajeno.
Allí estaba,
escondida sin pecado entre el maizal.

La miré
con aires de doctor y consejero
y tomando mi canasta atiborrada de cielo
le dije ensimismado:
“siempre hay problemas
y cosas que nos pican en el bolsillo
pero no por ello
dejamos de tener bolsillos, ¿no?”

domingo, 18 de noviembre de 2012

"Parece, incluso..." (SI TE ESTRESASTE ALGUNA VEZ, LEELO!)

Parece, incluso, una de esas realidades que a uno le cuesta creer por más simple que sea. La diferencia que surge de un simple movimiento de manos que se encuentran en un mismo lugar, provoca un cambio tan trivial como esencial en la vida del hombre. 
El cambio en la rutina de cada hora, está más cercano y es aún más sencillo de lo que la mente puede querer creer. Quizás te esfuerces en comprarte una cena para dos con velas incluidas… para terminar disfrutándolo solo en un mediodía oscuro que se esconde en tu apartamento vacío. Quizás este día te maquilles un poco más y al otro un poco más, y así al día siguiente y al siguiente, pues en la búsqueda de otra alma que parezca, a simple y corta vista, encajar en tus pupilas y con suerte en tu habitación, encuentras tu felicidad.
Tal vez ayer o pasada esta tarde lo intentes. Siempre anhelando una gota de felicidad y esperanza con gusto a cambio y con pizcas de distinto. Apostándolo todo, dejándolo todo, regalándolo todo, perdiéndolo todo.

Parece, incluso, un hecho de esos que sólo conectan un minuto de la rutina. Pero querido buscador de dorados, debo advertirte, no para tu recelo, sino justa y únicamente a modo de ejemplo y consejo, que la bacanal hormonal que deja la felicidad, no la encuentro en aquello que tú denominas raro y circunstancial.
¿No te has visto nunca reclinado en una oficina monótona, deseando que fuese viernes y termine la rutina del trabajo para encausarte a la rutina de ese pseudo fin de semana? ¿No te has visto nunca, acaso, rodeado de papeles que no concuerdan y una campana que chilla en el escritorio esperando para contarte sus problemas que serán tus problemas? ¿No te has visto nunca, raramente en la rutina, deseoso de que mueran los minutos y el mundo se extinga, y los animales no vivan, y las plantas se hundan en si mismas, y el cielo se quiebre no en dos, ni en tres, sino en cuarenta y siete pedacitos? Pues allí me encontraba yo cuando descubrí este consejo que con jadeantes rodeos y sospechas rebuscadas, te voy adelantando.

En aquel vulgar entonces, advertí que la ventana a espaldas de mi sillón de cuero y con tornillos de plata, estaba cerrada de par en par. Aquel umbral atado con cadenas, persianas y cortinas, me separaba del mundo exterior y de las cosas por las que en realidad, valía la pena vivir. Aquí, entonces, mi cálido escucha y a veces lector, encontrarás la semilla que dio razón y consecuencia a mi peculiar y casi absurdo consejo. Me despegué con la voluntad agazapada, de ese sillón que creía era mi trono, y caminé lenta y acompasadamente hacia la ventana. Rompí las cadenas, abrí sus hojas, subí la persiana, corrí la cortina y en ese mismo instante que tú encontrarías sin un sentido a guardar, la vida me sonrió con picardía. 

¡Ah mi estimado aventurero aún sin aventuras, no sabes ni conoces aún, cuan gran diferencia puede hacer un rayo de luz solar, chocando contra tu vida!

sábado, 17 de noviembre de 2012

"¡Qué loca! (que quiero)"


Estalló
callada y de sonrisa escondida,
allí
hundida
en su mundo de cabellos y cintas raras
estalló
sola y separada
amando a la noche
y besando al cursi por estar en extinción.

¿Quién diría
que en el más allá
de tu espalda y piernas dadivosas
habría de existir
allí
silenciado por el resguardo
un alma melosa
un sol de noche
una loba con sabor cielo?
¡Quién lo diría!

Pero igual
qué grata
y simpática sorpresa
me llevé travieso
cuando descubrí empedernido
que allí no había vacío
que allí había destino.
Linda y tierna
y a veces grandiosa
por hacer de la tristeza sonrisa
por hacer de la distancia un beso
por hacer de la rebeldía un abrazo a la vida.

¿Te has puesto a pensar
en la única
y rara combinación
que no se hará y ya se hizo
de cuando fuiste solicitada
sin formularios ni horarios?
Qué culpable el destino
por juntar vida y cielo,
qué bondadoso el destino
por juntar al milagro (tú)
y a la voz de este poeta.

domingo, 11 de noviembre de 2012

"¿Sabías tú...?" (hecho con mi amiga de www.sendmean-angel.blogspot.com)

¿Sabías tú cuanto he soñado con polvo de diamantes?
¡ah si! ¡no dejo de pensar en el!
y en ella, que se deslizó entre mis dedos
cuando la noche se moría por ser de primavera
bajo la nube de luciérnagas.


¡Cómo no extrañar y querer soñar
si la vida era sol y el sol era amor!
oh, anhelo, dulce espina en el pasado
que siga tu dolor en mis días
si ese es el precio para que el reloj se duerma.
Abro los ojos y miro hacia el futuro, nada fue en vano,
pero llegó la despedida y almanaque chilla en su melancolía
todo llega a su fin,
sólo quedan reencuentros con el vacío inquieto de la incertidumbre
y así y aquí, digo adiós a un mundo que aprendió a caminar mirando donde pisar.

Allí se va la luna...
quedo en penumbra, se desprende mi alma para seguirla
y allí nos vamos la luna y yo,
el pasado y el futuro pre hecho,
la vida y una etapa que se cerró.

viernes, 9 de noviembre de 2012

"Vientos de cambio"


"Allí viene el viento con sombrero de graduación,
allí viene tempestuoso y casi maduro,
allí viene pronto para algunos y tarde para otros,
allí viene serio y con lágrimas escondidas,
pero allí viene,
deshojando la ventana
que nos abre el pasado
en este presente
que nos anuncia un nuevo futuro...




lunes, 5 de noviembre de 2012

"Himno a la mujer ajena"


¡Qué linda te veías
cuando aún sin engaños
te paseabas rebelde y cariñosa,
natural y sin palabras,
única e igual a todas
entre sus brazos mentirosos!
¡Qué linda y deseosa te veías!

Todavía recuerdo
cómo lo mirabas con tus labios,
esos que a veces eran rojos y otras verdes,
¡ah cómo les gustaba perderse
entre sus sábanas sin horas!
Allí estábamos los tres
hundidos en dos mundos diferentes.

Y sus pieles se hacían noche
y la noche se volvía día
y el día se reía del tiempo
y el tiempo huía del compromiso
y el compromiso se alejaba de tus dedos.
Allí estaba entre sus labios,
la verdad escondida y tendida en el cielo.

¿Cómo no lo saboreaste?
Acaso… ¿realmente sentiste?
Llegó el invierno a tu primavera
y se ahogaron los besos
y se rieron los relojes de tus días
y me quedé sin función.
Pero qué linda te veías…
perdida entre sus brazos
y escondida en sus palabras vacías.

Pero no,
ya te ha abandonado
y aquello que se me hacía apetitoso
por ser presa y mujer ajena
y aún más, por ser loba ajena,
ya no es deseoso en mi paladar,
¡ah no!
Qué linda te veías en sus brazos,
qué frágil e insulsa luces a mis pies. 

sábado, 3 de noviembre de 2012

¿QUÉ ES SER UN ESCRITOR?


No pienso teorizar sobre lo que es escribir, y menos que menos, sobre quien realiza el arte de escribir, pero si pretendo dejar en claro lo que uno no debe dejar de obviar cuando se cuestiona qué es ser un escritor.

Primero que nada, un escritor no es. Un escritor no es fácil, es alguien a quien le gusta hacerse las cosas lo más difíciles posibles. Por ejemplo, si está feliz, pretende definir qué siente, y cuando ya lo hizo, pretende decirlo de otra manera, y cuando ya hizo lo último, vuelve a la primera escritura y se da cuenta que fue la mejor y deja de lado las otras. Como ahora solo le importa la primera, trata de buscarle otro sentido, de hacer creer que está triste para al final demostrar que está feliz. Aún insatisfecho, cambia las palabras y busca los sinónimos más rebuscados e incomprensibles posibles. Y así, cuando sus versos sólo los entiende él, borra todo y deja la hoja en blanco. La mira. La mira tan en blanco como su mente cuanto más se esfuerza en escribir lo que sintió. La mira tan blanca como el abismo que desea ser colmado y no caber en si mismo. Y al fin y al cabo, cuando ya no tiene motivos y comenzaba a olvidarse de aquella hoja en blanco, la toma, la escribe y queda satisfecho con su obra.

Un escritor vive en si mismo casi todo el día. Apenas sale para apreciar aquello que valora, y, tan inconscientemente como sea conscientemente posible, busca que lo inspire. Imagina pero no anota por miedo a no dejar resumido el sentido que pretende realmente darle.
Un buen escritor es albañil, carpintero, electricista, sanitario, pintor, escultor, ingeniero y arquitecto. Arma cada pieza del mundo que crea. Desde lo que está escondido dentro de las baldosas hasta los deseos que el personaje ya cumplió.

Un escritor se alimenta de letras y versos ajenos, pero nunca se llena. Jamás podrá decirle que no a un monosílabo que sea separable en tres y nunca se quedará inmóvil ante una palabra que desconoce. Siempre aventurero, se perderá en si mismo y hará que le cueste encontrarse.
Un escritor no acepta el empate técnico y siempre buscará la guerra entre las sinalefas y la paz en la tierra.

El individuo que se haga llamar escritor estará equivocado de p a pa. Un escritor no puede autodenominarse. Al nacer, no elegimos nuestro nombre. Hay alguien, un tercero, ajeno y a veces no tan ajeno a nosotros, que elige y así nos llamamos. De esta forma, un escritor nace siendo un individuo que se siente igual a los demás, pero que los demás, lo discriminan. Aquel que se sienta y arma las letras dándoles gusto a sal con azúcar, es calificado como escritor.

Un escritor tiene una antagonista desde el origen de los tiempos. Es siempre la misma desde que aprende a decir letra por letra sin titubear hasta que muere y ya no la busca más. Es mujer, sin dudas. Amarga, enojona y caprichosa. Pero dulce, simpática y muy ruidosa cuando convives con ella. A veces viene de vestido y deja que le acaricies las piernas, pero a veces, cuando se da cuenta que su relación jamás será formal, te deja tumbado en el suelo y con las ganas de no haber abusado de su bondad: ¡qué herida que deja la inspiración!

Un escritor vive en coma, y cuando la inspiración lo besa, brotan los suspiros eléctricos desde su corazón acelerado.

Un escritor no escribe mientras vive. Un escritor vive mientras escribe. Y así lo mismo con el tiempo; un escritor no escribe cuando tiene tiempo, un escritor tiene tiempo cuando las ganas de escribir lo sueltan.  

viernes, 2 de noviembre de 2012

¡Culpable!


Me declaro completamente culpable,
responsable por mis actos
y aún también dueño de las consecuencias,
siempre y cuando la causa
y el hecho que de razón al juicio
sea extrañarte cuando la luna sabe a miel,
sonreír en el silencio
y silenciarme en tu sonrisa,
enamorarte u enamorarme,
desearme dueño de tu boca
y amante de tu aliento.

¿y ahora quién me defiende
si la prisión húmeda y carmesí
parece el mejor refugio
en esta vida asesina?
¡déjenme morir en sus instintos!