lunes, 19 de noviembre de 2012

"Siempre hay problemas (en el amor y el menú)"

Ayer
vino una criada
de los mundos de al lado
y me susurró entre las zanahorias
que andaba triste por un hombre
un tal “amor de su vida”,
y como soy innato consejero
me quedé allí en el huerto
escuchando a la enamorada.

Allí entre zapallos y lágrimas
me contó cada segundo
y cada latido de su relación.
Se habían conocido en la ciudad
mientras él decía bobadas
y ella las compraba por verdades;
fue amor a primera vista.

Su delirio
se basó en la época de lluvias
y en la de cosechas,
cuando el cielo lloraba de emoción
el pecado
gritaba escondido en el trigal,
y cuando era tiempo de hacerse de frutos
los besos eran cursis
y se sellaban entre tierra y sol de ajuar.

Pero en ese entonces,
en tiempos de siembra y dolor,
allí estaba ella
sucia
llorando
y con el desamor en sus manos
por una semilla
que invadió prado ajeno.
Allí estaba,
escondida sin pecado entre el maizal.

La miré
con aires de doctor y consejero
y tomando mi canasta atiborrada de cielo
le dije ensimismado:
“siempre hay problemas
y cosas que nos pican en el bolsillo
pero no por ello
dejamos de tener bolsillos, ¿no?”

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