sábado, 17 de noviembre de 2012

"¡Qué loca! (que quiero)"


Estalló
callada y de sonrisa escondida,
allí
hundida
en su mundo de cabellos y cintas raras
estalló
sola y separada
amando a la noche
y besando al cursi por estar en extinción.

¿Quién diría
que en el más allá
de tu espalda y piernas dadivosas
habría de existir
allí
silenciado por el resguardo
un alma melosa
un sol de noche
una loba con sabor cielo?
¡Quién lo diría!

Pero igual
qué grata
y simpática sorpresa
me llevé travieso
cuando descubrí empedernido
que allí no había vacío
que allí había destino.
Linda y tierna
y a veces grandiosa
por hacer de la tristeza sonrisa
por hacer de la distancia un beso
por hacer de la rebeldía un abrazo a la vida.

¿Te has puesto a pensar
en la única
y rara combinación
que no se hará y ya se hizo
de cuando fuiste solicitada
sin formularios ni horarios?
Qué culpable el destino
por juntar vida y cielo,
qué bondadoso el destino
por juntar al milagro (tú)
y a la voz de este poeta.

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