jueves, 26 de octubre de 2017

"Una siesta"

Una siesta se llovió sobre mis ojos
una tarde en la que aún vivía,
la fresca hipnosis de latir lento
el desentendido olor de un beso fugaz
y el aliento siempre muerto del tiempo:
esa lluvia se robó todo lo que tenía
y me dejó perdido en la humedad estar solo.

Una siesta se trepó hasta mis ideas
un viento en el que no respiraba,
primero disparó contra el recuerdo,
después siguió por las novias pasadas
y al final también los días que no llegaron:
esas ideas solo sirvieron para nada
y me hicieron sentir que lo resolvían todo.

Una siesta se durmió en mis huellas
una vez en la que seguía despierto,
a paso lento, ya solo brotó la noche
hundida en una oscuridad tan triste
y ahogado en un cielo tan roto
que la sangre ya no valió nada y se fue:
ese sueño se fue tragando mis pasos
y se llevó mis huellas y mis vidas.

Una siesta
y desperté más despierto que nunca.

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