martes, 3 de octubre de 2017

"Una cuchara"

Y de repente,
entre el ir y venir del jabón
una redondez plateada
brilla un poco más que las otras,
me mira y no se resbala
me sonríe y no se calla
me ataca y no tiembla.

Y de repente,
una cuchara.

Me caigo y muero
sobre el recuerdo líquido
que todavía vive y cruje
entre sus huesos de metal:
allí están todas las excusas
y las horas de humedad
todas atadas en un mismo mandala.

Me caigo y muero
sobre una cuchara.

Ya nada será igual
por la culpa de un tiempo
en el que ni la sopa de gato
ni el oasis de un beso de sal
pudo salvar a los amantes
de la enfermedad de los vivos:
amarse sin escrúpulos ni mentiras.

Ya nada será igual
por la culpa de una cuchara.

Una noche sin gusto
te miraré siendo un recuerdo
desde la lejanía del que no olvida,
pero tampoco suelta ni abandona:
siempre desde el dolor marchito
de un hombre que se equivocó
por querer amar a pesar del ardor.

Una noche sin gusto
te miraré siendo una cuchara.

Y de repente
me caigo y muero:
ya nada será igual,
una noche sin gusto
una cuchara sin vos.

Apago la luz de la cocina
y cierro el cajón.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡gracias!