viernes, 20 de octubre de 2017

"Una nube viene... y yo me voy"

Una nube viene tan blanca
que con el gusto de un sol encandilado
cae del cielo como una respuesta
a todas esas preguntas melancólicas
que una vez nos robaron la vida
quitándonos tiempo y latidos:
allí lloverá todo lo que una vez dolió
y se irá tan lejos y tan hondo
que habremos de sentir que nada pasó.

Una nube viene tan gris
que todo parece estar a punto de salir mal
como una promesa de amor eterno
que no pasó de los dos diciembres
porque no tuvo el romántico coraje
de dejar que un beso lo valga todo
y que una pelea no lo valga nada:
allí morirá la inocencia mentirosa
que al fin entendió eso tan importante
de quererse antes para querer después.

Una nube viene tan negra
que ni el barniz de las poesías
podrá salvarnos con su magia elocuente,
viene tan maltrecha y venenosa
que el aire se empaña y el calor se enfría,
como uno de esos abrazos sin canela
que nos obligamos a regalar por compromiso:
allí vivirá muriendo y morirá viviendo
todo lo que pudimos haber sido y no fue.

Una nube viene
y yo me voy.

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