martes, 27 de octubre de 2015

"Sonreír sin escuchar"

¿Cómo decirle que no a la rutina que impone el tiempo? Incluso cuando esa rutina está hecha de amor y otras deidades; ¿cómo negarse a semejante espectáculo? La escapatoria está, claro que está; pero no luce como una opción, sino más bien como un camino cuesta arriba, arriesgado e innecesario. ¿Para qué cambiar si así “vamos bien”?

Quizás allí esté el problema: en la comodidad de estar sin estar, de sonreír sin escuchar, de amar sin amar.

El cielo me mira y no puedo evitar bajar la vista con vergüenza. Él sabe que hago mal, pero ¿qué puedo hacer? Soy un cobarde. Siempre lo fui. Soy un inútil, rehén de mis propias mentiras y palabras mal escritas. Ni ella, ni ellos; nada más que yo. La culpa no es nuestra; es mía. Y aquí no hay botón de pausa ni “stop”; solo vale una opción: la que no estoy dispuesto a tomar.

¿Caminos? Los veo, pero no los sigo. ¿Vida? Ya ni sé qué es eso. Vivo de mi constante muerte y muero de mi inconstante vida.

Hoy no. Quizás mañana. Tal vez nunca… al fin y al cabo, ¿para qué? 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡gracias!