martes, 10 de mayo de 2016

"Para siempre"

Una lágrima se desliza hasta el tintero
allí donde todo comienza y termina,
como una charla de sal
a la que todos acusan de pretenciosa
y nosotros tildamos de salvación;
son esas palabras venenosas
las mismas que nos curan sin preguntar.

Aquel recuerdo que una vez fue presente
nos abraza desde su típica nostalgia,
cuando tu huella era mi ruta
y mis sueños tus sueños soñados para mí
en un futuro siempre, siempre nuevo;
hoy asomo a la sombra de tu cuarto vacío
y me pregunto quién soñará por los dos.

Siempre supe que un “para siempre”
no sería para siempre ni para todos,
pero algo en mí siempre creyó
que siempre habría un viento errante
que con sus susurros siempre vivos
haría de un presente un “para siempre”
siempre nuestro, siempre sin tiempo.

Hubo una vez entre nosotros
en la que el silencio sonó tan fuerte
que el cielo pareció volverse Sol
y el Sol amenazó con hacerse agua,
desde aquel día y después noche
no hubo una sola vez
en la que no creyese en nuestra magia.

Me voy quedando sin tinta
y las lágrimas comienzan a teñir
eso que ahora deberíamos llamarle “lagrimero”. 

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