Las personas que toman malas decisiones
suelen ser más lindas y sexys
por una sencilla y vaga razón:
cuando están a punto de equivocarse
y tomar el peor de los mundos posibles
una línea áspera
se dibuja debajo de su ojo izquierdo,
justo donde el párpado sonríe,
y los labios se les arrugan
de una forma tan antipática
que hasta el aire quisiera besarlos como consuelo.
suelen ser más lindas y sexys
por una sencilla y vaga razón:
cuando están a punto de equivocarse
y tomar el peor de los mundos posibles
una línea áspera
se dibuja debajo de su ojo izquierdo,
justo donde el párpado sonríe,
y los labios se les arrugan
de una forma tan antipática
que hasta el aire quisiera besarlos como consuelo.
Las personas que mienten sin saber mentir
suelen ser más interesantes y entretenidas
por una simple cuestión:
cuando el pecado asoma por sus fauces
y la injuria mal vestida es inminente
una tonada cariñosa
se instala en lo falso de sus palabras,
allí donde nada tiene sentido,
y las manos les sudan
de una manera tan nerviosa
que hasta la muerte quisiera abrazarlos en su calma.
suelen ser más interesantes y entretenidas
por una simple cuestión:
cuando el pecado asoma por sus fauces
y la injuria mal vestida es inminente
una tonada cariñosa
se instala en lo falso de sus palabras,
allí donde nada tiene sentido,
y las manos les sudan
de una manera tan nerviosa
que hasta la muerte quisiera abrazarlos en su calma.
Las personas que viven en exceso
suelen ser más vivaces y vitales
por un desinteresado argumento:
cuando la vida deambula por entre sus venas
y ya solo importa vivir para contarla
una historia digna de un Nobel
se escribe desde lo más hondo de sus aventuras,
sin omitir el más pícaro detalle,
y el pulso se les descontrola
de un modo tan vivaz
que hasta las vidas ajenas quieren tocarlas.
suelen ser más vivaces y vitales
por un desinteresado argumento:
cuando la vida deambula por entre sus venas
y ya solo importa vivir para contarla
una historia digna de un Nobel
se escribe desde lo más hondo de sus aventuras,
sin omitir el más pícaro detalle,
y el pulso se les descontrola
de un modo tan vivaz
que hasta las vidas ajenas quieren tocarlas.
Las personas… ¿qué?
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