domingo, 2 de junio de 2013

"Quiero... y no"

Quiero decirte
y clausuro mis labios.
Quiero verte
y cierro mis ojos.
Quiero tocarte
y me corto las manos.
Quiero escucharte
y me voy,
me alejo
y no vuelvo.

Me gusta la soledad,
no lo niego,
me encanta saborear
como el aire
flota solitario
sobre mi cuerpo frío
sin sábanas ni acompañante.
Pero hay algo más,
hay un algo que no vive
pero pica en el corazón.

Quiero anhelarte
y me arranco el alma.
Quiero escribirte
y rompo las hojas.
Quiero cuidarte
y me vuelvo rufián.
Quiero beberte
y me emborracho
de otras tonadas
con otros sabores,
más baratos
y menos complicados.

Allí viene el no
luciendo su traje
y otras formalidades,
viene seguro de sí mismo,
viene sabiendo que un no
siempre será un no.
Pero se resbala y aún no ha llovido
y se mancha su traje
y se quiebran sus formalidades
y a seguro se lo llevaron preso.
Y ya no viene el no
(y tampoco viene el silencio).

Quiero quererte
y uso la razón.
Quiero abrirme para ti
y pierdo las llaves.
Quiero correr a tu lado
y me abrochó el cinturón.
Quiero dejar atrás el mundo
y tomar un avión
dos aviones
un tren, un ómnibus,
robar un auto
y embarcar,
quiero dejar atrás el mundo
y llegar donde deba llegar
para tan solo tenerte ahí,
tiesa, inmóvil, pálida,
y ahí tenernos a los dos;
muertos creyendo estar vivos.

Llega tarde,
pero llega al fin
el silencio congelado…
y nos mira.
No dice nada
mientras lo va diciendo todo.
Se va y nos deja,
vacíos y limpios,
nuevos y con recuerdos.
“Te toca”, pienso en voz baja.
“Te toca a vos”, piensas de labios cerrados.
-Te quiero,
¿me querés?- decimos al unísono.

Nos miramos,
nos besamos
y nos echamos a reír.

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