sábado, 9 de junio de 2012

"Amor bipolar"


“¡Olvídala! No te mereces seguir sufriendo… piénsalo”, me gritó mi mente vistiéndose con su traje de razón. Cerré los ojos intentando escapar de sus redes; no quería escuchar sus verdades reveladas. “Tú la amas… lucha por su amor”, me susurró dulce mi corazón. Así nacía la confusión, esa lucha entre dos enemigos de toda la vida: la razón contra el corazón.

De repente y sin que mi mente lo deseara, una imagen se tiñó en mis ojos que intentaban dormirse.

El día parecía besado por un bebé recién nacido. Todo era calma y alegría; la vida emanaba de cada mariposa que jugaba con la brisa. El cielo estaba más despejado que nunca, casi como si alguien se hubiese tomado el trabajo de borrar cada nube con los dedos. Alguien… o algo. Así se sentía el amor por aquellos días.

-¡Corre que te agarro!- le grité a sus ojos que me miraban dulces a pocos pasos de distancia.
-Nunca me pudiste agarrar, así que ya sabes: si quieres mis besos, ¡ven y pelea por ellos!- contestaron sus labios sonrientes.

Así era el amor en ese entonces. Dos inocentes y despreocupadas almas que se corrían por la pradera durante la tarde. Reíamos, llorábamos, nos amábamos… Pero en la realidad, más allá de aquella proyección de lo pasado, ya nada era así.
Tantas peleas, tantos desencuentros, tantos vacíos sin un acorde que los llenase… Ahora así era la vida. Así era el amor de esos días. Tantos vacíos que antes se habían llenado, ahora precipitaban en una lucha campal entre la razón y el corazón.

Sufrir y esperar era un camino muy tentador. Algún día las peleas se terminarían y todo volvería a sentirse como aquella mariposa que volaba alegre y derramando vida… ¿pero mientras tanto? ¿Valía en realidad la pena sufrir tanto, caminar, soportar… sabiendo que quizás no todo volvería a ser igual?

La mente me decía que olvidara. Tenía que dejar ir a aquella joven que me había logrado enamorar, llenarme de recuerdos hermosos y regalarme el dulce de sentirme otro. Pero justamente ahí estaba el desamor… tenía muchos recuerdos, pero las realidades actuales ya casi no existían.

¿A dónde se habían ido todos aquellos soles que nos regalaban sonrisas? El sabor eléctrico que se pegaba a nuestra sangre cada vez que nuestras miradas se cruzaban, comenzaba a secarse. Se secaba, y ambos lo sentíamos.
Así era el amor en el presente. Una lucha por existir y ser feliz. Una guerra por saborear y no sufrir. ¿Seguir? ¿Olvidar? Un montón de dudas en cuerpos de preguntas sin una clara respuesta.
En temas de amor y sentidos… ¿corazón o razón? Así es el amor: bipolar. 

2 comentarios:

  1. Me encantó gurú, tas hecho para esto. Obviamente que ahora te sigo. Nunca me había dado cuenta de lo que me estaba perdiendo de leer acá. Mua!

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  2. muchas gracias loquita! es un placer que me leas y disfrutes!

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¡gracias!