viernes, 27 de septiembre de 2013

"Rayos y centellas"

Caen los rayos desde el Olimpo
desgajando la insulsa noche
que no invita ni se desvela:
es noche por castigo,
porque le tocó ser eso y no otra cosa.

Vuelan las saetas en el cielo
y vienen a hundirse en mitad de mi cama:
me miran llenas de veneno
y me preguntan de cuerpo cerrado
“¿dónde queda la guerra?”.
Y les mentí. Y entonces hubo paz.
(¿viste mamá cómo mentir
no siempre es malo?)

Gritan en silencio por entre las tumbas
las brujas sin escoba ni caramelos,
buscan, buscan, y no encuentran;
me miran y me piden indicaciones:
de mi mano vuelven a su caldero,
y ya cuando me iba, siento el embrujo:
caigo febril en la cocción de la cena.
(¿viste mamá cómo a los buenos
no siempre le pasan cosas buenas?)

Brotan esperanzadas y tibias
las sonrisas de las recientemente viudas,
tejen, cocinan y caminan para pensar,
proyectan el futuro, quizás un viaje:
buscan pasajes, boletos o quien las lleve
pero a la mañana siguiente, en la ciudad,
no hay alas, no hay carbón, no hay voluntad.
(¿viste mamá como querer
no es poder?)

Nadie entiende
condenas ajenas.

1 comentario:

¡gracias!