–¿De qué querés hablar?
–De nosotros…
–¿Nosotros?
–Sí…
–Eso ya no existe. Bueno, si en realidad existió.
–¿Por qué decís eso?
–¿Cuántas veces te dije que me estabas dejando solo?
–Bueno, pero…
–No quiero volver sobre todo eso.
–¿Qué nos pasó?
–En realidad, nada. Vos fuiste vos y yo fui yo. Con eso alcanzó.
–Pero éramos felices…
–Sí, pero ¿y todo el resto?
–Pensé que el amor “no se trataba de eso”. Al menos eso dijiste.
–El amor no se trata de hundir con vos a la otra persona. No se trata de
siempre pensar en que se va a terminar. No se trata de tener miedo, sino de
soñar. Pero, sobre todo, ¿sabés qué? El amor no se trata solo de amar.
–¿Por qué no?
–Porque si solo se ama, el mundo se olvida y el corazón se cierra. Y eso
no pasó. Nos ahogamos en nosotros mismos. Y, por consecuencia, nos ahogamos en
la tristeza que, de una forma u otra, siempre nos rodeó.
–Es mi culpa. Lo sé.
–No, no es tu culpa. Es nuestra culpa.
–Sabías que era así…
–Y ahí está mi culpa. Me quedé donde siempre supe que iba a sufrir.
–Pero por algo lo hiciste.
–No me arrepiento, pero se trata de perspectiva.
–No entiendo.
–En aquel entonces, miraba para adelante con el alma intacta, con el
corazón deseoso y con la energía y la locura que te da el enamoramiento.
–¿Y qué pasó? ¿Ya no me amás?
–A eso voy: el amor no se trata solo de amar. Te amé y fue eso lo que me
mató. Me ahogó. Me ahorcó. Me sacó parte de la vida. Y eso no es justo ni para
mí, ni para los demás.
–Creí que solo necesitábamos sonreír para estar bien…
–Yo también, pero me equivoqué. Un día me encontré con que por cada
sonrisa, había un cajón lleno de lágrimas. Por cada paseo, había un cielo lleno
de tardes encerradas por discusiones vacías y tristezas sin sentido. Por cada
latido enamorado, había un manto que nos ahorcaba en nuestra soledad. Por cada
beso, había una duda, una desconfianza, un miedo encaprichado.
–Quiero pensar solo en las cosas buenas.
–Me encantaría, pero eso ya no somos nosotros. Dejamos de serlo hace
mucho tiempo.
–Perdón. No sé. Perdón.
–Perdoname vos por no poder seguir con esto.
–Podemos hacerlo…
–Ya no se trata de nosotros. Yo no puedo. Y tampoco quiero.
–Pero te amo…
–Y yo. Pero no se trata solo de amar. También se trata de vivir. Y eso
es lo que quiero para mí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¡gracias!