jueves, 27 de abril de 2017

"No vuelvas a olvidarte"

¿Cómo estás? ¿Cómo has estado? Vengo a hablarte por un rato, para saber cómo andás y para decirte algunas cosas que estuve pensando en los últimos días, sobre todo después de ver algunas cosas que has dicho o escrito por ahí.

Mirame a los ojos y decime: ¿qué estás haciendo? Vos y yo conocemos muy bien esta historia, desde cómo empieza hasta cómo termina. ¿De verdad querés volver a pasar por eso? No lo creo –al menos, yo no quiero–. ¿En serio pensás que lo que sentís ahora puede llegar a ser más fuerte que lo que vas a sentir después? Y ambos sabemos que no me refiero precisamente a que lo que sentís ahora se vaya a transformar en algo más lindo y más fuerte: eso también va a pasar, pero no será el final. Eso puede que vaya en el medio, quizás un poco más cerca del desenlace. Pero peor será entonces. El final lo conocemos muy bien, siempre lo supimos. Ambos terminaremos tirados en el piso, con el corazón desangrado y con el deseo intacto de no querer volver a enamorarnos nunca más.

No lo hagas. No vuelvas a hacerlo. Así estamos bien, ¿no? Vos mismo me dijiste un montón de veces que ahora tu vida tenía más sentido, que le dedicabas más tiempo a cosas que considerabas que realmente tenían valor… en vez de estar todo el día pensando en cuánto falta para la hora del beso. ¿Vas a perder todo lo que ganamos en este tiempo por las ganas que tenés de darle un beso? No es justo que lo hagas. No te merecés eso –no me merezco eso–. ¿Vas a dejar que tu vida vuelva a girar por los mismos campos? Por favor, no ahora. Date más tiempo. Date más aire. Date más de vos. ¿Dónde quedó aquella promesa de un año sobrio?

¿Te acordás cuando dijimos que tenías que quererte antes para amar después? ¿Te parece que ya llegó ese después? Creo que no. Creo que te estás dejando llevar, que estás dejando que cada cosa te arrebate el pulso de manera tal que puedas sentirte vivo, aunque sea por unos segundos. ¿Pero eso es vida? ¿De verdad? No. No lo es. Vida es lo que hemos venido sintiendo en los últimos meses, dedicándonos tiempo a nosotros mismos. No me dejes ahora… estamos tan cerca de encontrar nuevos caminos, nuevas aventuras, de cumplir tantos sueños o de empezar a soñar otros. No te vayas. Por favor.

Sé que ella es diferente, que tiene muchas cosas que de verdad te gustan, que por momentos te gustaría pasar toda la tarde a su lado. Pero… ¿de verdad es el momento? No lo creo. Al menos, eso pienso yo, que te he seguido los pasos desde el día en que naciste: nadie podría negar que he estado pegado a ti como una sombra. Créeme: sé de lo que te hablo. No nos conviene, no es el momento, no es la oportunidad. Si lo pensás por un minuto, incluso su propia situación te hará entender que no es el momento: su corazón no está abierto para ti. ¿Vas a esperar a que lo esté? No te merecés eso. No tenés por qué esperar eso.

Respirá hondo… y seguí caminando por las mismas calles que veníamos frecuentando en las últimas semanas. Respirá hondo… y seguí, no te detengas. Por favor. No vuelvas a olvidarme, no vuelvas a olvidarnos, no vuelvas a olvidarte. No vuelvas a dejar que todo se vaya por la borda.

Yo te digo que no…. pero vos hacés lo que quieras.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡gracias!