Necesito pedirte un favor
–no, no tiene que ver con plata ni con un mandado–. Quizás sea mucho más fácil
pedirte un préstamo o que “ya de pasada” te des una vuelta más, pero no
necesito algo así en este momento. Es un poco más complicado, porque no implica
una acción física o un par de movimientos fuera de los habituales. Necesito
pedirte un favor tan, pero tan grande e importante que quizás no lo entiendas
al principio, aunque confío que sí terminarás por comprenderlo de p a pa.
Quiero pedirte que confíes en mí. O en realidad, no. Quiero pedirte que confíes
en mis sueños –que quizás no sea lo mismo que confiar en mí–.
Quiero que confíes en la
tenacidad de mis alas y lo empecinado de mis caprichos inmaduros. Que confíes
en mi letra torcida y mis apuntes ilegibles. Que confíes en mis condimentos
especiales y en mis fiestas sorpresas. Que confíes en mis selecciones musicales
y en la elección del gusto del pop. Que confíes en mi capacidad para guardar
secretos y en la voracidad de mis gritos de ayuda. Quiero que confíes en el
niño que todavía vive en mis ojos. Quiero que confíes en mis dejar todo para
último momento. Quier que confíes en la duración de mi zapping durante los
cortes y en mi auspiciosa virtud para encontrar los mejores descuentos en el
supermercado. Quiero que confíes en mi trabajo y sus resultados. Quiero que
confíes en mis sueños, así de complicado como suena.
Necesito que confíes. ¿Por
qué? Porque no me alcanza con creer en mí –no por mi baja autoestima o por lo
poco que en algunas veces he valorado mis logros, sino porque todos necesitamos
que alguien esté dispuesto a jugársela por nosotros–. Necesito que a pesar de
los vaivenes de la economía internacional, de lo volátil de los sentimientos
ajenos, de lo escurridizo de las nubes en el cielo, de la celeridad con la que
se nos va el tiempo, de lo inevitable que resulta que terminemos por olvidarnos
de que tenemos Alzheimer, de lo áspero de la digestión un viernes por la noche,
de la fragilidad de todos los que nos rodean, de lo mortal que pueda llegar a
ser vivir a mi lado… Necesito que a pesar de todo eso… necesito que confíes en
mis sueños.
Tal vez nunca los alcance.
Tal vez jamás llegue a cumplir ni la mitad de ellos. Tal vez nunca pruebe la
cosquillosa sensación de llegar a la meta. Tal vez jamás pueda jactarme de
haber besado algún logro importante. Tal vez nunca veamos en cuerpo y alma cómo
se cumplen uno a uno. Pero no me importa. Necesito que confíes en mis sueños.
Quiero que confíes en mis sueños.
Quiero que quieras saltar al
vacío conmigo. Quiero que quieras correr sin rumbo a mi lado. Quiero que
quieras mentir todo lo que sea necesario. Quiero que quieras escribir una y
otra vez que voy a poder. Quiero que quieras que el universo nos escuche.
Quiero que quieras que la vida no se termine hasta que todos se hagan realidad.
Quiero que quieras incendiar los obstáculos y construir las oportunidades.
Quiero que quieras creer en mis sueños. Quiero que quieras confiar en mis
sueños.
Quiero que confíes en mis sueños.
Y quiero confiar en mis sueños aunque vos no confíes en ellos.
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