domingo, 24 de marzo de 2013

"Sobriedad"


Señor Juez
usted pregunta e interroga
sobre mi condición en los últimos días,
errante y empírico, cree saber la respuesta,
pero déjeme decirle, señor Juez
que desde hace ya dos meses
estoy completamente sobrio.
Si señor Juez y otros presentes,
estoy limpio desde el alma
hasta los huellas que ya no dejan mis pies.

Desde aquella noche
en que mis labios se partieron
y saboree por última vez (y no lamento)
ese veneno que me sabía a paraíso,
no he vuelto a caer en sus garras
ni a bañarme en su febril madrugada sin horas,
ya no su Señoría, ya no.
Y aunque mis ojos anhelantes
parezcan mentir entre sus lágrimas dulces
juro solemnemente que no miento,
no tengo ni tendré razones para dejar de vivir.

Hace ya dos meses, entonces,
que estoy limpio y sobrio
de la peor de todas las drogas inventadas
y de las que aún no se han imaginado.
Completamente vacío,
ni tan solo una pizca
de esa droga melosa y asesina
que genera la mayor adicción en el mundo entero,
esa que vestida de gala
provoca el más sublime de los placeres
y que al teñirse de noche
ataca hasta plantar en la piel el más mortal de los dolores.

Juro y prometo ante todo y todos,
con la mano limpia y en el corazón,
que hace ya dos meses,
la mitad de un verano y el nacimiento de un otoño,
y que aunque me aniquile la abstinencia,
estoy completamente
sobrio de amor

1 comentario:

  1. Muy lindo poema.
    Ojo que hay ciertas sobriedades con las que uno no puede vivir. Hay que salirse un poco a veces, dejarse llevar. Más si hablamos de amor!
    Sin amor no se vive gurú!

    ResponderEliminar

¡gracias!