martes, 13 de agosto de 2013

"Jamás diré adiós"

Pocas cosas duelen tanto como perder a un ser querido. Pocas personas cavan tan profundo en nuestra alma, que nos dejan una huella que jamás podrá borrarse. Pocos días nos golpean tan fuerte al punto tal de solo ser pensados e inmediatamente provocar lágrimas en nuestras pupilas tristes.

Jamás estaré preparado para decirte adiós. Jamás dejaré de llorar nuestros silencios tontos. Jamás miraré hacia el mar y podré evitar verte en cada ola que rompe a mis pies. Jamás silenciaré al viento cuando tu voz se haga cómplice de la primavera para recordarme que aún estoy vivo y lo debo valorar. Jamás taparé tu sol con el dedo.
Fui tonto y me arrepiento. Fui culpable de muchas de tus sonrisas tímidas y no lo lamento. Fui un guerrero que en silencio también peleaba tu batalla y ahora creo que debí gritar más cerca del frente enemigo. Fui generador de mis propios enojos basados en tus silencios y también lo lamento. Pero también fui tu amigo, y por eso te agradezco.
Miro el cielo y me recuesto sobre el pasto. El azul se funde con el celeste y este se une al blanco. Acaricio el aire que me palmea la espalda. Cierro los ojos y te veo reír entre números y letras. Me levanto y camino hacia el horizonte. ¿Promesas? Si, una. Tal vez dos. 
Jamás te olvidaré. Jamás la dejaré sola.

jamás podré decirte adiós.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡gracias!