martes, 27 de agosto de 2013

"¿Me escuchas?"

No hay palabras,
no hay melodía,
no hay mirada,
no hay abrazo de oso,
no hay recuerdos
que calmen tan amargo dolor
que apacigüen el sufrimiento.

Cuando un alma se va
con ella
se van silencios cariñosos,
se van manos que nunca huían,
se van reflexiones
que a nuestro favor siempre jugaban,
se van besos
y se van puñaladas,
se van los pasos
que una vez dejaron huella a nuestro lado,
se va lo que era un mundo
que ahora es solo silencio en el silencio.
Muchos dicen
que el tiempo cura todo,
que una vez que las lunas pasen
el alma sana
y todo vuelve a empezar,
¿pero saben qué?
Yo no quiero sanar.
Yo no quiero curarme.
Porque así no estoy bien
pero sin la enfermedad
de recordarlo todos los días
en cualquier rincón
a causa de cualquier rutinaria bobada,
sin eso cosquilleo que arde,
estaría peor,
estaría muerto,
estaría dibujando mi futuro
y borrándolo con la otra mano.

Quizás alguna vez
haya preferido
“decirte adiós”,
pero hoy, ahora,
por más que lo quiera,
el adiós no surge,
la despedida no nace,
porque no puedo,
no quiero
no es eso lo que necesito.
Necesito que camines a mi lado
quejándote del tiempo
y de la inseguridad.
Necesito que me hables
de esas cosas que no me interesan
pero que me gusta verte contar.
Necesito que me escuches
esas cosas que solo vos
sabías escuchar.
Necesito que cuando despierte
pueda ir a algún lugar a buscarte
y caminemos juntos
y riamos juntos
y lloremos juntos.

No hay “te quiero”,
no hay “estoy con vos”,
no hay “te entiendo”,
no hay “vamo’ arriba”,
no hay “hay que seguir”,
no hay nada
que sane este dolor,
no hay nada
que haga que deje de extrañarte,
no hay nada
que no me haga necesitarte,
no se ha inventando cura
que venza a la muerte
y te devuelva a mis días,
tal y como todo era ayer
y antes de ayer
y antes de antes de ayer…

¿Me escuchas? 

1 comentario:

¡gracias!