lunes, 17 de febrero de 2014

"Soltar"

Quisiera creer que hay más opciones a la vuelta de la esquina. Que los sabores nuevos vendrán pronto. Que simplemente, así no estaban escritas las cosas. Pero quisiera, también, creer que esto no está sucediendo. Que tu reloj si vive en el mío. Que no hay nada que nos separe. Que la vida… nos ha estado esperando.

Ya conozco estas lágrimas. Este gusto a lluvias verdes y desencuentros, ya pasó por mis labios. Y eso lastima más que la humillación. Porque estas lágrimas, esta vez, se llevan consigo una parte de mi alma destilada. Un grado del azul de mis pupilas, se va en estas lágrimas hacia el mar. Allí se va una parte de mí que jamás nadie podrá amarrar. Y aquí, en mis ojos, queda un azul que nunca nadie jamás vio. Porque este ya no soy yo. Este soy yo… después de vos.

Me prometí que a mi manera y a tus tiempos, lucharía por vos. Estando noche a noche, siempre en el margen derecho de tu cielo. Esperando la posibilidad de decir un “hola” y quizás, más tarde, un “que descanses”. A mi modo, me enredé en un mundo donde te tenía como se podía y cuando se podía, a escondidas o a la luz del pueblo. Y así fui feliz mucho tiempo… hasta que el amanecer nos encontró de ojos abiertos.

No reniego de ninguna palabra ni de ninguna estrella colgada para vos. No te miento al decirte que te entiendo, me entiendo y nos entiendo. Solo me hablo a mí. Para recordarme que el reloj no me mira como yo te miro a vos. Me prometo, ahora, dejarte ir. Por primera vez, en mucho tiempo, voy a desatarte de mis sueños no cumplidos y mis más tibios anhelos. Vuela… lejos de mí.


Tengo miedo, si. Duele el alma y el corazón, si. Esto es lo correcto y lo mejor para los dos… (lamentablemente) si.

Te sonrío y me voy… pero no te dejo sin algo de mí; no me dejes sin algo de ti.

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