El problema,
esa chispa marrón
que va y viene
buscando camorra,
esa chispa marrón
que va y viene
buscando camorra,
se enamora de la rutina
y así termina este juego:
una vida en llamas.
y así termina este juego:
una vida en llamas.
Ya guardé lejano al niño
que por su innata posición
no se quemaba los pies
en esta vida mal prendida.
no se quemaba los pies
en esta vida mal prendida.
Pero aunque esté archivado,
el recuerdo sigue gritándome
que murió muy temprano,
que la saciedad jamás besó sus manos.
el recuerdo sigue gritándome
que murió muy temprano,
que la saciedad jamás besó sus manos.
Y un poco más acá en los días
puedo sentir en mi cabeza
ese sombrero de graduación
que el viento puso a regañadientes
puedo sentir en mi cabeza
ese sombrero de graduación
que el viento puso a regañadientes
entre mis cuadernos de Pokemón.
Pero también se ha ido
y este aúlla aún más fuerte
y este aúlla aún más fuerte
porque su suicidio prematuro
fue mi ahogo tardío.
Aquí estoy,
mal enganchado
mal enganchado
a este presente con sabor a castigo.
¿Así ha de ser el crecer?
¿Tan malo resulta ser?
¡Piedad reloj biológico
y sentimental! ¡piedad!
¿Y a quién le lloro ahora?
Ya no hay doñas con escobas
ni amigos soberbios con copas demás,
ni amigos soberbios con copas demás,
ya no hay razón para gritar.
Allí escucho venir
al niño
al graduado
al niño
al graduado
y al mal armado…
¡Ten piedad pasado
de mi futuro en llamas!
de mi futuro en llamas!
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